Ventilación en espacios cerrados
Con el regreso a los espacios cerrados, evitar la propagación del coronavirus se ha vuelto una cuestión clave.
En los primeros momentos de la pandemia, algunos medios informaban sobre el peligro de aumento de contagios en sitios cerrados con ventiladores removiendo el aire. Es cierto que no debemos utilizar ventiladores en espacios cerrados compartidos por personas de diferente familia porque estos remueven el aire. Sin embargo, podemos utilizar los ventiladores, y así lo indican organismos como la OMS en su respuesta al uso de ventiladores de techo en espacios cerrados, cuando existen aperturas o sistemas de climatización que permitan renovar aire.
A continuación explicaremos cómo nos ayudan los ventiladores a renovar el aire y prevenir los contagios por Covid-19.
¿Cuál es el principal peligro de los espacios cerrados?
El principal problema de los espacios cerrados es la falta de renovación de aire y el aire estancado. La renovación del aire es una de las medidas clave recogidas en el documento para la reducción del contagio por Covid-19 elaboradas por el Ministerio de Sanidad y que coincide con las recomendaciones de la OMS, que aconsejan mantener la máxima aportación posible de aire exterior, ya sea mediante ventilación natural o con sistemas de climatización. Esto puede verse tanto en la página del Ministerio de Sanidad como en la de la OMS.
El riesgo es mayor en espacios interiores donde la ventilación es deficiente, lo cual podría ayudar a explicar eventos de superpropagación que se han reportado en plantas de procesamiento de carne, iglesias y restaurantes.
¿Qué debemos evitar en los espacios cerrados?
Según la OMS, con el informe de transmisión del SARS-CoV-2 apoyado en el estudio “Small droplet aerosols in poorly ventilated spaces and SARS-CoV-2 transmission.”, debemos evitar que quede aire estancado en los espacios cerrados. En este estudio se recrea las gotas en suspensión generadas por la tos y comparan diferentes tipos de ventilación en espacios cerrados y en la habitación mejor ventilada, después de 30 segundos el número de gotas en suspensión se había reducido a la mitad, mientras que sin ventilación esto tomó alrededor de 5 minutos.
También, según el estudio realizado por varios profesores del National Institute of Allergy and Infectious Diseases (Hamilton, MT), el coronavirus puede quedarse suspendido en el aire hasta tres horas si no hay corrientes, y la gente podría contagiarse al inhalar.
Como vemos en esta recreación, los aerosoles se proyectan a varios metros y alcanzan la altura de hasta tres metros:
Teniendo en cuenta que los aerosoles se liberan incluso cuando una persona asintomática exhala, habla o canta, es muy fácil que en el interior de edificios se produzcan contagios por el estancamiento del aire sobre todo en filas de gente o pasillos.
¿Qué opciones tenemos para renovar aire en espacios cerrados?
Para renovar aire en espacios cerrados lo más económico es abrir ventanas o puertas, aunque también pueden instalarse sistemas de exutorios. En conjunto con la apertura, el uso de ventiladores puede multiplicar el número de renovaciones por hora y evitar estancamientos. Esto se debe a que el volumen de aire que se extrae es proporcional a la velocidad con la que se extrae.
Si se tiene la posibilidad de abrir ventanas o puertas, el aire movido por el ventilador será expulsado del edificio y renovado por estas aperturas.
En instalaciones donde existen exutorios, los ventiladores HVLS pueden utilizarse en modo reverso para actuar como extractores. De esta manera, el ventilador succiona el aire estancado a nivel de suelo y lo dirige hacia el techo donde se encuentran las aperturas de los exutorios para expulsarlo al exterior. Cuando haya menos presencia de personas, se puede invertir su funcionamiento para permitir que entre aire nuevo al edificio.
Los edificios cerrados como aeropuertos, estaciones o centros comerciales disponen generalmente de sistemas de renovación de aire que deben funcionar al máximo de capacidad para renovar el máximo caudal de aire posible. Estos sistemas inyectan aire fresco en las capas bajas de aire y extraen el aire de las capas superiores. Como ayuda a estos sistemas, los ventiladores HVLS de techo pueden evitar que exista aire estancado a nivel de suelo y forzar a que el aire de las capas inferiores suba a las capas superiores para ser renovado, haciendo más saludable el aire donde se encuentran las personas.
Con esta simulación vemos cómo el aire del suelo donde se encuentran las personas se limpia, sube por la pared y pueden recogerlo los sistemas de renovación cuando tiene una velocidad menor:
¿Cuál es el número recomendado de renovaciones de aire por hora?
Según el documento de Recomendaciones del Ministerio de Sanidad, se recomienda un mínimo de 12,5 L/segundo y ocupante (450m³/h), incluso para establecimientos comerciales, valor que el Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios atribuye a IDA 2: aire de buena calidad.
Si queremos calcular cuánto aire extraemos bastará con multiplicar el área de apertura por la velocidad del aire.
Por ejemplo, una sala de 20m² y 2,6m de altura con una ventana de 75x120cm y un ventilador que mueva el aire a una velocidad entre 0,2 y 0,8 m/s estaría realizando entre 12,5 y 50 renovaciones por hora, asegurando una renovación completa en menos de 5 minutos.
Si la velocidad del aire fuera de 0,8m/s, en la sala de apenas 20m² podría haber hasta cinco personas.
Teniendo en cuenta que las instalaciones de ventiladores HVLS diseñadas por Magnovent aseguran una velocidad del aire a nivel de suelo de entre 0,5 y 1,2 m/s en toda la zona ventilada, las renovaciones de aire son altísimas cuantas más aperturas existan o cuanto mayor sea el caudal de extracción.
En conclusión, la utilización de ventiladores de techo, ya sean domésticos o industriales tipo HVLS, en conjunto con exutorios, ventanas y puertas abiertas o sistemas de ventilación mecánica, es una herramienta muy valiosa para mantener los espacios bien ventilados con muchas renovaciones de aire por hora, lo que ayuda de forma considerable a impedir que los virus se propaguen por falta de ventilación en espacios cerrados, como recomienda Sanidad y la OMS.